Algunos al menos tuvieron resaca al día siguiente a juzgar por cómo iban para casa. No había mucha gente en la fiesta, pero sí algunos de los más emblemáticos y antiguos miembros colaboradores de «La Tapadera». A todos ellos y ellas ¡GRACIAS!
La fiesta consistió (para el que tenga curiosidad), en:
- varias llamadas anunciando que no vendrían
- varias cintas viejas ambientando el lugar
- una calefacción que al final funcionó
- una espectacular tarta que hizo la inspectriz
- unas sidrinas escanciadas entre comedor y terraza (como en la vieja clausura del local)
- recuerdos y regalos varios a algunos asistentes
- charlas encendidas sobre temas varios y variopintos (religión, coches, cotilleos, familia)
- digna salida a dos patas de todo bicho asistente
Hala, cuando tenga el corto os aviso y hacemos otra en algún lugar más concurrido.