Lleno absoluto

Al final hicimos lleno absoluto. Bueno, tampoco era muy difícil porque sólo había 32 plazas y entre familiares y amigos ya casi estaba hecho. Vino un tipo de un periódico incluso a sacarnos un retrato para la gacetilla de la provincia, accedimos aunque la verdad que no tiene sentido del humor. Vinieron hasta mis sobrinos de 4 y 6 años para irse familiarizando con el negocio familiar (dar la nota). Los músicos del público, como siempre, llegaron tarde pensando que era un concierto. Nos pusieron agua en la mesa ignorando lo que nos gusta, el buen ron. A mí no me gustó mucho la presentación y eso que era el culpable (mejor dicho uno de ellos). También había un tío tocando la guitarra que tenía a la parienta y al churumbel al fondo, justo al lado de una rubia natural que estaba en la mesa de ventas. Todo esto hizo que los casi 40 minutos que pasamos allá se hiciesen más o menos entretenidos. Para que acuda más gente la próxima vez igual hay que hacer un «estritis» o regalar jamón, pero los negocios no dan para una cosa ni para la otra. Nada más. Os pongo una foto que, irreverentemente, tomé desde la mesa para que se viera que no estábamos solos y que el lleno fue paulatino.

Presentación del libro "Insomnius"